FRAME SUPERLATIVO DE UNA PELÍCULA

Frame de Fight Club

Fight Club o El club de la lucha (1999) es un thriller psicológico dirigido por David Fincher y protagonizada por Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonham Carter. Su director de fotografía fue Jeff Cronenweth.
El frame elegido forma parte de la última escena de la película, uno de los finales más memorables e inolvidables que recuerdo. A su vez, considero que esta escena final representa estética y simbólicamente el espíritu y clima que se intentó generar a lo largo de la película. 
Desde mi punto de vista, lo crucial del diseño fotográfico es que no sea azaroso sino que construya sentido a favor de la narración. Y esta película, lo logra de una manera asombrosa.
El protagonista de la película es un hombre que sufre de insomnio, que vive en decadencia, en un estado de devastación y cansancio tanto físico como psicológico. Para ello, se empleó el uso de una clave baja, con una paleta de color predominantemente verde y azulada. Casi al borde de la putrefacción humana. Al no ser un personaje confiable, "objetivo" por su condición, se hace uso de primero planos, de planos detalles, planos subjetivos, y ángulos extraños, que refuerzan el concepto de subjetividad. La mayoría de las escenas fueron grabadas de noche, haciendo uso de las luces propias de la ciudad, de este modo exponiendo los grandes problemas del protagonista: la noche y el sueño, y la ciudad moderna. 





No obstante, algunos planos son generales, concretamente lo de las peleas entre el protagonista y Tyler Durden. Esa pelea, ¿cómo pelea interna? La elección del plano general fijo para la última escena es lo que me llama la atención. Y no sólo eso, sino que está a contraluz, los personajes son sólo siluetas. Y es aquella luz, que proviene del exterior, la que se vuelve protagonista del plano. El protagonista y Marla, tomados de la mano, se encuentran en el centro de cuadro, mirando el derrumbe de los edificios frente a ellos. Son aquellas explosiones de luz, las que iluminan a los personajes y, de algún modo, simbolizan lo que el personaje está sintiendo. El personaje se derrumba junto a los edificios al descubrir la verdad. Desde la fotografía, considero, que se retrata ese estado anímico. Ni siquiera es azarosa la elección del tema musical de los Pixies, "Where is my mind". Cuando desde la fotografía y el sonido se construye sentido de manera simbólica, se genera un gran y memorable final. 

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